Especial para Media Isla. © Copyright
Beatriz Giovanna Ramírez | “La poesía está en las miradas, en las caricias, en los gestos, en los momentos más, aparentemente, insignificantes”.
Francisco J. Picón Caro (Madrid, 1964), técnico Especialista en Animación Socio-Cultural y funcionario del Servicio de Instalaciones Deportivas del Excelentísimo Ayuntamiento de la Ciudad de Zaragoza desde al año 1993. Casado con Paqui Tamerón con la que tiene un hijo, Alejandro, y con dos hijas de anteriores relaciones, Lorena y Nerea. Presidente del Club Social de Empleados Municipales del Ayuntamiento de Zaragoza, CSEM. Director de la Revista “Círculo” del CSEM, hasta su cierre. Coordinador Editorial de la Revista “Y Latina” de la Asociación de Escritores Noveles, de la que fue Vicepresidente, hasta su desaparición. Ha publicado: Desde mi i…marginación (Egido Editorial, 2003), Con la vida a cuestas (Quadrivium, 2009), Alambique de vestigios (Quadrivium, 2011). Ha participado como co-autor en Imágenes de Aragón (Egido Editorial, 2004) Acompáñanos (Egido Editorial, 2005). Ha colaborado con un poema en el libro solidario por Haití:Escrito sobre la arena, Genoveva Rodea (Quadrivium, 2010). Ha prologado el poemario El sexo: de boca en bocade la poeta mallorquina Mayte Albores. Ha prologado el poemario La memoria de tu olvido del poeta sevillano Rafael Mérida. Ha prologado el poemario En carne viva del poeta tarraconense Amando Lacueva. Elabora su propio blog Con la vida a cuestas. Participa en tertulias, presentaciones y múltiples actividades literarias. Socio activo del proyecto “Bubisher, escritores por el Sahara”, con quien en octubre de 2011 impartirá talleres de poesía en Smara. Miembro de la plataforma de escritores “Plataforma Siglo XXI”. Miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores en la que, en otras actividades, es Vocal de Publicaciones, coordina, junto a la poeta Luisa Miñana, su página Web y forma parte de la Comisión de Ciclos.
—¿Qué es la poesía para Fran Picón?
—Poesía es una forma de entender la vida, una actitud ante la vida. La poesía va más allá de escribir versos más o menos buenos, es una forma de percibir la realidad, de afrontarla, de acometer cada instante. La poesía está en las miradas, en las caricias, en los gestos, en los momentos más, aparentemente, insignificantes. Yo creo que con la poesía pasa como decía Miguel Ángel que pasaba con la escultura. Él decía que la escultura ya estaba en la piedra, que se limitaba a quitar lo que sobraba. Yo creo que la poesía ya está en un folio en blanco y que el poeta se limita a dejarla fluir. Ese es el talento del poeta y ese talento nace de su forma de ver la vida…
—¿Cómo distingue un poema malo de uno bueno? ¿Qué criterio estético y literario seguiría?
—Esa es una pregunta complicada. Se podría plantear desde un punto de vista técnico y estético del lenguaje, de su trabajo, de su rima, métrica o cadencia, y esta forma de análisis tendría más que ver con puristas, filólogos o literatos. Otra forma de plantearlo es el hablar de un poema bueno o malo en función de su impacto emocional en el lector. Un poema capaz de hacer sentir, de provocar una reacción emotiva, reflexiva, siempre será un buen poema, independientemente de que lo que transmita sea más o menos positivo. Yo, como enamorado de la poesía, tengo la suerte de disfrutar de ambas formas de entender la calidad poética. Admiro un poema bien trabajado técnica y estéticamente, de la misma manera que soy capaz de disfrutar con un poema que sea más emotivo, más impactante.
Yo creo que la poesía es un arte que requiere de un talento natural, que se desarrolla y evoluciona con el trabajo. Creo que el poema surge de una forma natural y, una vez “parido” hay que dejarlo reposar para, en posteriores lecturas, darle el trabajo y desarrollo más técnico o estético.
—En estos años como poeta, ¿qué es lo importante que ha aprendido?
—En estos años, sobre todo he aprendido a entender la poesía de una forma mucho más abierta. A estar receptivo a tendencias, estilos, innovaciones con un talante abierto y sin prejuicios. He aprendido a disfrutar de los compañeros poetas, del público de poesía, a disfrutar de la poesía recitada, compartida, de esa solidaridad que nace en tantos eventos poéticos como caldo de cultivo para iniciativas sociales. He aprendido que los más grandes, Corredor-Matheos, Rosendo Tello, Ángel Guinda, por nombrar poetas que conozco personalmente, son los más humildes y auténticos. He aprendido a sentir la poesía en lugares distintos a los tradicionales, bares, cafés, calles, terrazas, teatros… He aprendido a respetar y me he sentido respetado, independientemente de gustos poéticos personales. En definitiva, he aprendido a sentir la poesía como un acto público que complemente al acto más íntimo de escribir.
—“Sentir la poesía como un acto público que complemente al acto más íntimo de escribir”. ¿Sería la visión exacta de cómo ve, usted, la poesía?
—Esa sería mi forma de ver la poesía hablada, recitada, compartida, como acto social. La creación poética es un acto íntimo, la lectura poética es el desnudo más integral que se puede hacer, en mi opinión, y que convierte ese inicial intimismo en un acto social, cómplice, compartido.
—Si le digo: tengo dos entradas para una bacanal en la antigua Grecia y puede llevar un libro ¿iría?, y si sí, ¿a quién (y), cuál, llevaría?
—Iría, soy muy curioso, pero me quedaría con el libro leyendo, al lado de mi pareja, mientras los demás disfrutan de su éxtasis. El libro sería Edad de Antonio Gamoneda.
—¿Por qué Antonio Gamoneda y ese libro?
—Porque cuando leí ese libro por primera vez, hace ya bastantes años, descubrí una forma distinta de hacer poesía. Edad marca un antes y un después en mi forma de concebir la poesía, me hizo entender que la poesía va más allá de escribir palabras más o menos bonitas para comprender que la poesía tiene, también, mucho que ver con una filosofía de vida, con una manera de mirar el mundo más allá de tu propio yo emocional y poético. Además, conforme fui conociendo la historia personal y literaria de Antonio Gamoneda, descubrí a uno de los poetas “malditos” de la literatura española, uno de los marginados que tras muchos años de actividad poética había vencido los prejuicios y marginaciones del resto de escritores y, sobre todo, de los propios lectores, hizo que me abriera a otros autores y otros estilos que, hasta entonces, permanecían para mí entre las sombras de lo desconocido.
—Usa su blog y Facebook para divulgar y promocionar su poesía, ¿cree que estas nuevas maneras de compartir (enlazar, etiquetar, comentar, etc.), se acercan a seguir abrigando momentos compartidos? Hablemos de su experiencia.
—El blog me permite compartir momentos poéticos con mucha gente que escribe y que lee, abre muchas puertas, no hay distancias, no se necesitan monedas ni franquicias. Pero no sólo el blog, las redes sociales, bien usadas, son un mundo maravilloso que te permite darte a conocer y conocer personas, autores, realidades distintas. Lo cierto es que yo, para leer, prefiero el olor a papel, a polvo, a pegamento de un libro, pero, he de reconocer, que he conocido a grandes poetas, que ahora son amigos incluso en persona, a través de la red, de sus blogs, del Facebook. Nos hemos conocido, hemos empatizado y, cuando se ha dado el momento de vernos en persona el hielo estaba roto y esa relación ha derivado en amistad real, respeto y admiración a la obra, en definitiva, la Red nos permite abrir puertas para las que no hay distancias. Cómo decía Richard Bach en uno de sus hermosos cuentos, “Ningún lugar está lejos”. La red anula distancias y acerca a las personas.
—Si digo: “La crisis lleva a profesores a ofrecerse a dar religión sin saberse el padrenuestro”. Usted podría decir: “Las nuevas tecnologías llevan a poetas a…
—… tener blog y páginas web sin saber ni como añadir una nueva entrada por sí solos. (Y lo de compartir enlaces y blogs ni nombrarlo)
—¿Qué piensa del estado actual de la poesía española?
—Yo creo que estamos en un momento muy interesante para la poesía, quizá como decíamos antes por la apertura a más público que permiten las nuevas tecnologías. Otro factor muy importante, en mi opinión, es que se están haciendo lecturas, recitales, tertulias en lugares alternativos que dan mucha cercanía a la poesía para el lector. Lecturas en las calles, en bares y cafés poéticos, en centros culturales, en los propios colegios e institutos, toda esta apertura a espacios nuevos permite que el contacto de la trilogía poeta, lector, poesía, sea mucho más directo y le quite esa aura de intelectualidad y elitismo que, en algún momento, pudo existir o, por lo menos, así era percibido. En definitiva, hay un mayor número de poetas, de aprendices de poetas y, sobre todo, de lectores y eso me hace pensar que la poesía está más viva que nunca.
Excelente entrevista, Beatriz. Un saludo, amigo Fran, estoy muy de acuerdo con tus opiniones y compartimos admiración por Antonio Gamoneda.
ResponderEliminarUn abrazo
Antonio Arroyo.
Beatriz: Excelente la entrevista a Fran. Un saludo a los dos.
ResponderEliminarFrancisco