Beatriz Giovanna Ramírez en Pincelada rosa

sábado, 25 de febrero de 2012

Miguel Ángel Yusta: “La poesía es dar testimonio de ti mismo y del mundo que te rodea”


Miguel Ángel Yusta: “La poesía es dar testimonio de ti mismo y del mundo que te rodea”
BEATRIZ GIOVANNA RAMÍREZ [mediaisla] “Yo escribo poesía porque puedo expresar, aunque sea torpemente, lo más hermoso, lo más íntimo de mis sentimientos, porque la poesía es dar testimonio de ti mismo y del mundo que te rodea. No siempre ha de ser un testimonio complaciente y seráfico o beatífico”. 
Leer a Miguel Ángel es emprender un viaje a través de la luz y la sombra del poeta. Reconocer que se puede escribir poesía hasta dejarse el pellejo. Escribir como testigo del tiempo, con los ojos de par en par como las ventanas del pueblo. Reflexionar, caminar, vivir y seguir escribiendo, con más años encima, con la vida más viva y el poema firme, combatiente, bondadoso y destilando emoción…
Miguel Ángel Yusta Pérez, zaragozano, poeta, tiene una larga trayectoria ligada a la literatura y los medios de comunicación. Es columnista del diario “Heraldo de Aragón”. Sus más recientes trabajos son los poemarios Luces y sombras, fotopoemas, con fotografías de C. Moncín (Gobierno de Aragón. 1999). Peregrino de ausencias (Unaluna 2006). Teoría de luz (2007). Reloj de arena (2008.).Senderos de amor y olvido (2008.). Ayer fue sombra (Aqua 2010, galardonado con el Primer Premio de la VI edición del Premio de Poesía de la D. del Gobierno de Aragón). Cancionero de coplas (Olifante 2011). El camino de tu nombre (Quadrivium 2011). También las recopilaciones Rincón de coplas (Unaluna 2006) y Artículos indefinidos (2010). Así como varios poemarios colectivos. Algunos de sus textos han sido recogidos, entre otras, en las revistas literarias Criaturas SaturnianasBaratariaAlora e Imán, y tiene publicados diversos artículos relacionados con el folclore aragonés y con la copla, con cuya autoría ha obtenido numerosos premios.
A través de su cargo en la Junta Directiva de la Asociación Aragonesa de Escritores, organiza y participa en numerosas actividades literarias, presentaciones, ciclos, conferencias, jurados etc. Es actualmente Director adjunto de la revista literaria “Imán”.
Se inicia escribiendo, pensando en que el texto escrito es un poema; luego, con el tiempo se ve que sólo fue un intento, un acercamiento a la poesía. ¿Cuándo escribe el primer poema?
—Escribí mis primeros poemas al borde de la adolescencia, cuando se comienzan a despertar los sentidos y los sentimientos y percibes el mundo y su gente de manera distinta, nueva, llenos de matices. Mi primer poema “serio” fue una décima “A unos ojos verdes”, dedicado a una niña que me gustaba muchísimo y que era poseedora de ellos. Yo tenía apenas catorce años…
¿Por qué no pudo dejar de escribir poesía?

—Yo digo muchas veces que el optimismo es la aspirina del espíritu, por lo que conlleva de terapia de los malos momentos que surgen en nuestro devenir cotidiano. La poesía es, en cambio, la vitamina del alma, la luz que todo transforma y vivifica, el rayo incesante, como decía el poeta, que da energía y fuerza. Yo escribo poesía porque puedo expresar, aunque sea torpemente, lo más hermoso, lo más íntimo de mis sentimientos, porque la poesía es dar testimonio de ti mismo y del mundo que te rodea. No siempre ha de ser un testimonio complaciente y seráfico o beatífico. La poesía, los poetas, hemos de ser, también, testigos de nuestro tiempo y el que nos ha tocado vivir es especialmente intenso y está lleno de contradicciones. Nuestra poesía ha de reflejar todo ello y “tomar partido hasta mancharse”, como dijo el maestro Celaya.
Para algunos ser “poeta” es tener una actitud frente a la vida y una conjugación de comportamientos ligados al pesimismo, la depresión, la tristeza, el desamor y un continuo deseo suicida. ¿Cómo se desmitifica este estereotipo?

—Ser poeta es, en efecto, una forma de vida; una manera de comportarse ante la vida y sus circunstancias. No obstante esa imagen estereotipada del poeta romántico, triste, melenudo o de la poeta desaliñada, desengañada de la vida y del amor, no deja de ser un tópico ya, por fortuna, en desuso. La poesía y el poeta de hoy son —somos— gente normal que vive normalmente, que tiene tristezas y alegrías como cualquier mortal y que ama la vida. Claro que hay gente deprimida, e incluso con tendencias muy negativas, incluyendo las suicidas, pero entre los poetas y entre la demás gente, sean banqueros, albañiles, profesores o conductores de autobús. La sociedad actual, con su ritmo desaforado y estresante es marco propicio para cierta actitud pesimista de las personas y por ende de los poetas; pero la poesía ha de ser, precisamente en estos casos, también generadora de ilusión.
El ejercicio de escribir ha cambiado, sin duda alguna, en este tiempo ¿cómo maneja el diálogo: escritura, distancia, blog y lector? ¿De qué otra manera comparte la poesía?
—El ejercicio, la manera, el estilo, cambian en el transcurso de una vida, como cambian las circunstancias vitales, personales, sociales, económicas, aunque no de igual manera, pues el escritor subyace siempre en la persona de una forma muy especial. Pero es cierto que la vida modula a la persona y al escritor que lleva dentro.
Los blogs —como las redes sociales y, en general, Internet— han supuesto una revolución en los modos de escribir y en los de comunicarse: no hay distancias, hay inmediatez e interactuación con el lector; eso es muy importante para el escritor y le permite “medir” su obra —y compartirla— de una forma hasta hace poco tiempo impensable.
Caballero Bonald criticaba duramente la tendencia realista de la poesía actual considerándola empequeñecida y obvia ¿Qué opina, usted, de los nuevos poetas y de aquellos jóvenes que se volcaron a escribir en el Movimiento 15-M?
—Creo que ya contesté más arriba a esta pregunta: el escritor, el poeta, deben ser testigos de su tiempo, implicarse y mover los resortes ocultos o aletargados de la sociedad. El realismo en poesía, si se expresa poéticamente, esto es con belleza, sensibilidad, ritmo, o sea, si es poesía y no mera narración seudo poética, pienso que es plenamente legítimo como medio de expresión. Un ejemplo muy hermoso de todo lo que expongo han sido los movimientos poéticos que se han originado, por ejemplo, alrededor del 15M y por el inmenso drama de Somalia. El poeta, como ente social, debe agitar las conciencias y mejorar el mundo que le rodea en la medida de sus posibilidades. Pero, insisto, no todo es poesía; el arte poético es tremendamente difícil y exige un respeto. Debe accederse con formación y sensibilidad y, si no, simplemente, escribir en prosa que, por supuesto, es también un duro ejercicio si se quiere realizar adecuadamente…
¿Por qué leemos las vidas escritas?

—Es una difícil pregunta con una respuesta fácil: leemos las vidas escritas porque nos ayudan a vivir, porque moldean nuestras propias vidas y porque ponen ante nuestros ojos la realidad de nuestros semejantes.
¿Hay un pacto de verdad en la poesía que ha escrito?

—La ficción y la realidad se dan la mano en la obra del escritor. El poeta es un escritor especializado, que ha de esculpir, podar, matizar cada verso para conseguir elevar la intensidad del poema. Claro que hay verdad en esa labor poética, que puede ser realizada sobre una ficción, aunque el sentimiento (que es la verdad del corazón) aflora y permeabiliza cada palabra poética. En mi opinión, mejor que hablar de un “pacto de verdad” en la poesía, deberíamos hablar de un pacto “con la verdad” del poeta…
¿Cómo escribe actualmente poesía, ha cambiado su modo de escribir?

—La persona evoluciona a través de su existencia: crece, se desarrolla, madura… Los avatares de la vida van moldeando su personalidad, las batallas —muchas de ellas perdidas— dejan una huella de cicatrices en el alma. El escritor, el poeta evoluciona de la misma manera y su labor es distinta a través de los años. La tarea de cualquier escritor, de cualquier poeta, está surcada por el tiempo, que deja su impronta. No es lo mismo un poema de juventud que uno de madurez. Eso se puede observar siempre, de manera más o menos patente en la obra literaria. En cuanto al “modo” de escribir también está influenciado por las diferentes corrientes que se van sucediendo a través de la existencia, aunque el estilo, la personalidad, la voz poética siga teniendo unas constantes a través de toda la obra.
¿Cómo ha influido la situación política y económica de España en su literatura?

—Como soy un poeta “mayor” (y lo digo por la edad) he tenido ocasión de vivir diferentes épocas de este país: dictadura, transición, democracia ilusionada, desencanto, sucesión de gobiernos de diferente signo y, ahora, la crisis, que en mi opinión no es circunstancial, sino que es estructural y va a cambiar muchas cosas en el mundo. El escritor, el poeta, testigos de su tiempo, deben dar fe en su obra de la época que les ha tocado vivir. Decía Celaya “Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”. Pues esa es una de las misiones del escritor. Mi poesía es eminentemente lírica, pero también he escrito sobre la posguerra española, que viví y sufrí, de los acontecimientos de Somalia, del Sahara, del movimiento del 15 M…
Para finalizar la entrevista, Miguel Ángel, háblenos de su nuevo poemario.
—Acaba de publicarse mi nuevo poemario El camino de tu nombreEs ya mi décimo libro y, en palabras del prologuista, el escritor y crítico José Luis Gracia Mosteo, El camino de tu nombre es también el de la búsqueda del placer, aunque solo sea una brizna; del amor, aunque solo sea su sombra y de la compañía, aunque solo sea la de un desconocido”. También Laura Gómez Recas dice: “Llegan los versos hasta cualquier alma predispuesta a empaparse, según se pasan las páginas. Los poemas atraviesan el sentido con una poética serena, madura y cálida, que trasciende sin el aspaviento, sin trenzar la sintaxis de forma insólita”.
Creo que es un libro de amor y para el amor, un camino hacia el amor a través del sufrimiento, del placer o de la incertidumbre. Un camino que todos estamos obligados a hacer en nuestras vidas para, al final, llegar al conocimiento y a la paz… | bgr, polop, españa, beatrizgiovannaramirez@hotmail.es

miércoles, 12 de octubre de 2011

Beatriz Giovanna Ramírez «En la voz y visión del poeta no hay fronteras ni abismos»



Beatriz Giovanna Ramírez - Foto: Fernando Prats
  
Beatriz Giovanna Ramírez

«En la voz y visión del poeta no hay fronteras ni abismos»
Entrevista de Graciela Oses // Analecta Literaria 

    
«Cada día quiero escribir más simple y hablar en un castellano universal, de ahí mi búsqueda en la narrativa y la transformación de mi voz poética.»

En el «V Festival Internacional Palabra en el Mundo» la consigna es la Paz, una construcción no ordinaria como la Libertad y la Poesía. Sin embargo, para quien poetiza la palabra, esta construcción se vuelve quehacer y enseguida, constancia de urdimbre. Palabra que junto a otras, trabaja con los brazos activos y en el corazón. «La paz no es una utopía es una decisión de vida», dice la poeta Beatriz Giovanna Ramírez, en el final de un prefacio que conviene citar entero:

«Escribir es un acto que responsabiliza. La palabra tiene que estar unida y comprometida con el mundo y con la vida. Yo creo en los milagros, en el amor y la literatura, y creo aún más en el ser humano. Estoy convencida y esperanzada de que la paz es un camino que todos podemos andar de instante en instante. La paz no es una utopía es una decisión de vida.»


PALABRA VIVA
.- Si la Poesía es un camino... ¿el cuerpo es una hoja de papel? Me refiero aquí a pensar cómo la poesía te escribe, qué se lleva al cuerpo y qué no.

BEATRIZ GIOVANNA RAMÍREZ.- 
Me imagino a la poesía con un cuerpo fecundo de mujer que redime y transforma a quien la escribe y; a quien la lee, lo alimenta con sus formas. La hoja de papel es el alma resistente que consigna el dominio y la seducción del lenguaje.

P. V.- ¿Sientes que unir voces cataliza tu poesía y de qué manera?

B. G. R.- 
Mi voz poética no es distinta a otras voces. Cuando escucho y leo poesía, comprendo que el pensamiento de ese individuo también me toca, su actitud e intención, su visión de mundo abarca todo lo que hay, es y somos. En la voz y visión del poeta no hay fronteras ni abismos, está la psique y la conciencia de cada uno de nosotros. La realidad percibida por los cinco sentidos. Lo doloroso es que destila pesimismo y desesperanza, el alivio es que es una voz sanadora, de ahí la magia de la poesía que libera, vacía y transforma. Los festivales de poesía, los recitales son poderosos, milagrosos, opera en cada uno una conciencia colectiva, la multidimensión entre lo humano y lo frágil,  la palabra y lo real. Creo y siento que mi poesía hace catarsis y cataliza mi voz y la de otros, siempre para bien, porque evoluciono en la medida que escribo, aunque me avergüence de mis primeros intentos de hacer poesía, mis primeros textos todos ellos fueron importantes y necesarios para encontrarme para escuchar mi voz.

P. V.- Acerca del texto citado en FB, en el que afirmas (qué bello) que «La paz no es una utopía es una decisión de vida.» Necesito saber cuándo lo leíste.

B. G. R.- 
Estoy (casi) segura de haberla dicho, en el Corte Inglés en la apertura de los actos del V Festival Internacional Palabra en Mundo, y también, la digo y la reafirmo cada día. Estoy convencida de que si queremos cambiar el mundo y las condiciones que existen, tenemos que empezar a transformarnos nosotros mismos, lo que significa empezar a comprender nuestras acciones, sentimientos, emociones, pensamientos, etc., a cada instante. La paz no es una utopía es una decisión de vida. No llegará la paz por medio de ninguna ideología y sistema, no lo creo; llegará con la comprensión y la responsabilidad de sí mismo en relación con los otros.

P. V.- Reveladora la transformación desde el vacío. Implica que es necesario despojarse, antes ser transformado por la poesía. ¿Despojarse sería estar desnudo de convenciones, de prejuicios, de formas...?

B. G. R.-
 Cuando escribes  te enfrentas a ti mismo, a tus miedos y carencias, a todo aquello invisible que opera en nuestro actuar; descubres presencias y lugares inhóspitos, te encuentras realmente solo pero lleno de ti. Y ser uno mismo en todas sus dimensiones buenas y no tanto, permite despojarse de moralismos, convenciones, estereotipos, trabas y tabúes sociales. Y te transformas, te reconoces como eres y es ahí cuando decides (como lo hice hace poco) cruzar la frontera e ir y dejar ese escrito, ese poema, ese microrrelato en la busca de algún lector. También está el compromiso que conlleva escribir, la responsabilidad que cargas. Cada día quiero escribir más simple y hablar en un castellano universal, de ahí mi búsqueda en la narrativa y la transformación de mi voz poética.


P. V.- ¿Cuál es la urgencia del poeta actual?

B. G. R.- 
La urgencia del poeta, modestamente creo que es la misma de todos los tiempos; es dejarse decir, perseguir, acechar la imagen y el sonido con el fin de hacer venir a la palabra.


Referencias:

sábado, 24 de septiembre de 2011

Luis Artigue: “La poesía es un acto de desnudez extrema”.



Luis Artigue: “La poesía es un acto de desnudez extrema”.
BEATRIZ GIOVANNA RAMÍREZ [mediaisla] Yo creo en la poesía cristalina como agua liberada, en la poesía oscura como un pozo lleno de diamantes, la que convierte el grito en música y la muerte en leyenda, la que nos ayuda a no jurar el whisky en vano ni a despilfarrar lágrimas… 
Luis Artigue es un escritor que emociona y conmueve. Leer a Luis es penetrar en su universo lírico y dejarse llevar por la humanidad y el magnetismo que desprende. Vive la literatura como una verdad desgarrada, con precisión lingüística y vital, con el sentido del cuerpo, con tristeza, en sintonía con la vida, con la música y muy lejos de la muerte que desde el fondo la odia profundamente.
Conversar con él es contagiarse, impregnarse de esa fuerza vital que emana de su entorno: 
¿La poesía qué es en este tiempo? 
—La poesía es lo que queda cuando la literatura se quita la ropa… Y empiezo diciéndole esto porque, según mi experiencia lectora y creadora, si en el ensayo cobra importancia el pensamiento y en la novela esa importancia recae en gran medida en la imaginación, para que la poesía funcione, emocione y hasta conmocione tiene que ser verdad. La poesía, a mi juicio, tiene que ser verdad pues sin verdad se convierte en un efecto verbal y emocional, y en un acontecimiento estético simplemente correcto: calor que se disipa.
Quienes hemos sentido alguna vez, al leer un poema, cómo éste nos iba afilando la intuición y cómo nos regalaba precisión lingüística y vital, sabemos al menos intuitivamente donde está esa verdad vitalista que sintoniza el cuerpo con el alma, esa verdad serena que invita al intimismo, la verdad desgarrada que ayuda a extraer principios de la tristeza, la que convierte el grito en música y la muerte en leyenda. Tenemos más o menos claro pues que la poesía repleta de verdad, sea ésta clara y clarividente u oscura y misteriosa, nunca engaña. No, la poesía capaz de tocar un nervio del alma no engaña y no calla y de ahí su grandeza. Por eso siguen siendo tan necesarias hoy tanto la poesía como la verdad pues en este momento en el que la política y el derecho insisten en que todo es relativo y argumentable la poesía, que indirectamente nos dice que existe la verdad, y que hay que luchar por ella y esforzarse en ella, ha de ser, creo, el latido mejorador del mundo…. En este tiempo, pues, según yo la entiendo la poesía es un acto de desnudez extrema. 
¿Considera que el poema se ha trasformado en la saludable interdisciplinariedad?  
—No, pues el poema sigue siendo poema. Acaso sí la forma actual de escribir poemas sea más interdisciplinar, como lo es también nuestro mundo y nuestro yo. Y acaso, como se dice, escribir ahora sea coser el traje roto de lo que hemos leído… Si es así —que yo no lo creo del todo pues la poesía actualmente, y salvo emocionantes excepciones, a mi juicio está viviendo un regreso que la sitúa más cerca de la tradición canónica que de las vanguardias, que en el fondo son otra tradición canónica, sólo que distinta— no es malo que esto suceda pues el vértigo de lo poético está en todo y lo impregna un poco todo. La poesía es lo que tienen en común los que la escriben y la leen y la sienten y la viven, y eso va más allá de disquisiciones formales. Yo creo en la poesía cristalina como agua liberada, en la poesía oscura como un pozo lleno de diamantes, la que convierte el grito en música y la muerte en leyenda, la que nos ayuda a no jurar el whisky en vano ni a despilfarrar lágrimas… Creo en la poesía porque sin ella probablemente la vida seguiría existiendo, pero no sabríamos qué significa. 
-¿Cuáles temáticas le gustan y/u obsesionan cuando escribe? 
Intento que la poesía que escribo pueda ser identificada con algo sincero. 
-¿El jazz es sincero?  
Soy un apasionado de la música en general, y del jazz en concreto. Debo inicialmente este fervor a Rayuela y Julio Cortázar, y a On the Road de Jack Kerouac, y a All What Jazz de Philip Larkin, y a los Escritos sobre Jazz de Boris Vian, así como a los discos de muchos músicos que amo. Pero mi agradecimiento eterno al jazz, esa consoladora música de  libertadores educados en la universidad del dolor, viene de un momento definitivo y definitorio de mi vida… Con dieciocho años, y a causa de un ictus cerebral, permanecí encamado, enclaustrado y casi desposeído de conciencia en un hospital (la experiencia del coma fue como quedarse dormido en un bosque de cara a las estrellas: las pesadillas no tenían paredes; mi cuerpo se desplomó arrastrando al alma en caída libre, y demostré en tal punto una considerable adherencia a la vida)… Cuando desperté del sueño casi eterno había pasado mucho tiempo que, sentí, me había sido robado y mi situación física y anímica lindaba con lo insoportable… Sin embargo una compañera en la planta de neurocirugía del Hospital Ramón y Cajal de Madrid llamada Sonia, jamás la olvidaré, como sí podía andar, a veces, con su cabeza afeitada y su sorprendente buen humor, venía a mi habitación, y se acercaba a mi cama, y me leía al azar de los libros que yo tenía en la mesita. Y, con sus cascos, me invitaba a escuchar jazz… Yo inesperadamente salí de aquel lugar, y ella se quedó. Inicié un calvario de rehabilitaciones experimentando sin ganas las indignidades luminosas del dolor y, aún desde la atalaya de la silla de ruedas, escribí mi primer libro de poemas,Por si acaso la vida —el cual he reescrito y publicado en su versión definitiva en mi libro Empezar por el número tres. Poesía 1995-2005—. Una vez, en casa, recibí una llamada telefónica: hola, soy la madre de Sonia. ¿Te acuerdas de Sonia? Claro que me acuerdo. Y mucho. Y sé lo que me va usted a decir, y no quiero escucharlo… Inicié entonces, como quien regresa a donde todo empieza, la escritura de un libro titulado Tres, dos, uno, jazzque utiliza esa música, el sonido inspirado e improvisado de un pueblo que se liberó de la esclavitud mediante la música, como metáfora de la lucha contra las limitaciones, y como repaso de mi obligada condición de escultor de mí mismo. El libro recibió un premio en Valladolid, fue publicado en pasta dura y edición de alto copete por la Fundación Jorge Guillén y, posteriormente, recibió el Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España. Pero, más allá de los premios y hasta del jazz, de esa música refinada y peligrosa como un ladrón de esmeraldas, el libro es un homenaje a la vida y las ganas de vivir, y un ejercicio de responsabilidad ética y estética por haber conocido en el hospital a quienes lucharon con dignidad heroica, y a quienes les lloraron admirablemente como una especie de resumen de lo humano… A veces aún me acuerdo de Sonia con un pendiente solo como las chicas traviesas… Esté donde esté, desde aquí, gracias… Y que le diga a la muerte que la odio. 
¿Cuándo el poeta es creador de una estética que va más allá que de un estilo?


—Vivimos en un mundo en el que está de moda la juventud, la exterioridad, la pose, la tontería, la falta de alma en cualquier caso… Y por eso cuando en este tiempo, y en todo tiempo, alguien trata de levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; como un muro que se derrumba para saludar la verdad erguida en medio —por decirlo con Luis Cernuda— está siendo anacrónico, intemporal, necesario, y aleccionador y está creando una estética que no será nueva, pero sí muy necesaria… Creo pues sin dogmatismo en la poesía imbricada en la biografía, el camino interior continuo, la evolución de la conciencia personal y el encuentro entre las conciencias; una poesía empapada de sinceridad. Sé que en esta sociedad pragmática y escéptica hablar de verdad supone invocar algo peligroso, dañino, algo sospechoso porque atenta contra la ceremonia de la confusión y contra el tinglado de apariencia y falsedad que nos hemos montado. Pero por eso hoy el poeta con su lenguaje, con su visión del universo, con su estado de ánimo tiene en mi opinión la misión de bajarse del carro del descreimiento circundante para intentar propagar su verdad emocional. Y es que ya nadie cree como Gabriel Celaya que la poesía pueda cambiar el mundo, pero acaso la poesía exenta de verdad sí que puede hacerlo: puede desfigurar el mundo… 
¿Qué poeta-esteta considera imprescindible?  
—Safo, por ejemplo. 
Acaba de concluir la que será su cuarta novela, y en su página Web http://luisartigue.esdice que lo ha dado todo y que se siente como quien sale de un gran concierto de jazz  y ahora está solo en medio de la acera, le pregunto ¿Ahora qué proyecto tiene en mente, “qué hará con el resto de su vida”? 
—Después del acto de autoindagación y vaciado que supone escribir cada libro de poemas intento depurar mi yo escribiendo luego una novela lo más alocada posible; un acicate para la imaginación. Y a mí intercalar así la poesía y la narrativa —no soy capaz de simultanear— me viene bien: por eso sigo ese modus operandi desde hace años. Ahora en efecto acabo de concluir una novela de humor disparatado y está reposando antes de que vuelva a ella para corregirla… Luego, cuando ellos quieran, volveré a escribir poemas. Pero para convocarlos, o conjurarlos, estoy volviendo a leer mucha poesía: todo sin dejar de vivir apasionadamente. Y que gire la rueda. 
¿A qué lugar le gustaría regresar? 
—Al café O Brasileira de Oporto mientras a través de la cristalera veo como un loco habla con la estatua de Pessoa, al café Floridita de La Habana repleto de chicas con sudores como brandy de frutas que se sacan fotos junto a la estatua de Hemingway, al café Players de Amsterdam cuando toma el micro y canta con voz de increíble belleza uno de los camareros, al ahora aburguesado café Les Deux Magots de París en el que aún se respira la inmarchitable aura de Djuna Barnes, a un club de jazz de León en el que dan tapas de pan de centeno y queso azul llamado el Plaza, a otro bareto leonés de música grunge y camareros disfrazados de telefilm de serie B en el que se cena un suculento tex mex y se convive con muchachos/as que combaten con cerveza las contraindicaciones de la adolescencia: el Mongogo, aquel rincón de la ciudad de Lima en el que fui feliz, a la casa en la que vivo con mi ser humano favorito y soy feliz… | BEATRIZ GIOVANNA RAMÍREZ, poeta colombiana residente en España.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Bernardo Silfa Bor: "El metapoeta es conciencia poética en la jerarquía del Ser Poeta"


Publicada por Cinosargo el 21/09/2011 a las 8:49
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(Beatriz Giovanna Ramírez y Bernardo Silfa Bor)



“La puerta de entrada a la metapoesía es la misma metapoesía. Ella misma es laberinto y es multiplicidad de puertas e infinitas ventanas.”


Bernardo Silfa Bor es un metapoeta comprometido y riguroso con la estética, la transformación consciente del poema y la multiplicidad de las voces inefables que inventan su propia transmisibilidad.


El poeta, escritor y educador dominicano Bernardo Silfa Bor (Azua de Compostela -Ciudad del Vía y Sur de policromía caribeña- 6 junio del 1967) es miembro del Círculo de Estudios Literarios de Azua -CIELA-; del Taller Literario Juan Sánchez Lamouth de Santo domingo; de la Sociedad Cultural y Literaria Athene de Azua. En España es miembro de ACUDEBI, de la Asociación de Poetas y Escritores del Casino de Murcia y miembro presidente de la Asociación Cultural para el Desarrollo de los Dominicanos en Murcia(ACUDEM). También pertenece al Movimiento Internacional de la Metapoesía.
Ha ganado los siguientes premios: 1990 Primer Premio Cuento Athene; 1991 - 1992 - 1993 Segundo Premio de Poesía Athene; 1993 Primer Premio de Poesía Atnene; 1995 Premio Nacional de Poesía Athene; 2004 Premio Internacional de Poesía de Casa de Teatro accésit por el poemario Máscara de la Imago. Reconocido por su labor educativa y sociocultural por: Fundación Pro-juventud Padre Eduardo Mac Carty 1985; El Club Juan Pablo Duarte 1991; Comité Fiestas Patrióticas 19 de Marzo de Azua 1991; Compañía Anónima Tabacalera como Poeta Local 1992; Colegio Calasanz como Profesor del Año 1997; El Ministerio de Educación y su Distrito Escolar 0015 en 2003; La Editorial Norma y su Departamento de Literatura 2003; La Sociedad Cultural y Literaria Athene de Azua 2004; Los Premios Compostela de Azua 2004. Textos suyos han sido antologados por Tomás Alberto Oviedo y Canó en su Antología de Poetas de Azua, por la Secretaria de Estado de Educación en la Antología Cuentos Premiados del Sur, por la Asociación de Poetas y Escritores de Casino de Murcia en la antología Nosotros, por la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en su Coloquios 2004, Ediciones Ferilibor– Nº 70 del 2005, por el Grupo Poeta de la Era de Santo Domingo en su antología Poeta de la Era 2010 y por la Secretaría de Cultura de la República Dominicana. En la antología A Viva Vosch, Ediciones de cultura, 2011. Bernardo Silfa Bor ha participado en diversos cónclaves, congresos, tertulias y recitales en República Dominicana, así como en Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos y España donde reside desde finales del 2004. En el 2010 junto al poeta Daniel Tejada organizó en Madrid el V Congreso Global de Metapoesía 2010. Sus libros publicados son Hacia la otra senda de la luz y Máscara de la Imago.


“La¨metapoesía¨ instancia híbrida de sensibilidades y espacios en donde la poesía dialoga y polemiza la poesía desde y con la poesía (metapoesía), lo mismo que el poema lo hace con el poema (metapoema).”


-Es interesante el pre-concepto que ronda la metapoesía, el prefijo "meta" nos da una idea equivocada y distante de su propio asunto. ¿Qué es la metapoesía? 
-Como bien afirmas en tu pregunta la mayoría de la gente, incluso poetas, escritores e intelectuales, cuando se refieren a la metapoesía la entienden y definen a partir, única y exclusivamente, del prefijo ¨meta¨, negándole así las múltiples evoluciones del término. Término que ya es polisémico y politémico al unísono. 
En ese sentido, recuerdo que, en unas notas que escribí bajo el título “LA METAPOESIA: RENOVACION RECURRENTE BAJO EL SOL¨ para hablar en Madrid acerca del “Movimiento Internacional de la Metapoesía” como preámbulo al“V Congreso Global de Metapoesía” Madrid 2010, decía que esta concepción de ¨metapoesía¨ desde el prefijo ¨meta¨ era y es simplista e insustancial. Y lo dije porque entiendo la ¨metapoesía¨ como instancia híbrida de sensibilidades y espacios en donde la poesía dialoga y polemiza la poesía desde y con la poesía (metapoesía), lo mismo que el poema lo hace con el poema (metapoema). Pero puedo decirte -y debo hacerlo- que mi sentido de la ¨metapoesía¨ es limitado ante la visión del Guillermo Carnero que nos enseña ¨que la metapoesía es aquella poesía que se tiene a sí misma como asunto.

Guillermo Carnero dice: "Un metapoema es un poema que tiene dos niveles discursivos paralelos. En el primero, se trata de que habitualmente entendemos por poema. En el segundo, que discurre paralelamente al primero, y entremezclado con él, el poema reflexiona sobre su propia naturaleza su origen, sus condicionamientos y demás circunstancias."


-¿Se nace o se hace metapoeta? 
-Esta es una pregunta rectora. Siempre se ha estado debatiendo si se nace poeta o si el poeta se hace. Y es válida la traslación hacia el metapoeta. Responderé diciendo que el metapoeta nace y se hace en ciclicidad. Nace cuando se descubre poseedor de un discurso crítico-reflexivo de su propio hacer poético y el entorno vinculante sociohumano y natural que lo genera y referencializa como entidad. Se hace cuando es capaz de reinventarse asimismo en cada pálpito de creación como instante de vida en la trama textual que ha elegido y que le elige como actor-autor del ejercicio escriturar. Si partimos de que el metapoeta es ¨el poeta de los poetas¨, pues, tengo que decir que, en ese sentido, el metapoeta es conciencia poética en la jerarquía del Ser Poeta, del Ser Consciente que nace haciéndose y se hace naciendo como hechura y nacimiento del Otro. Así, como conciencia, el metapoeta se hace y nace en, y desde, sus registros y los del otro sabiéndose consciente de su realidad.

-¿Cuál es la puerta de entrada de la metapoesía? 
-La puerta de entrada a la metapoesía es la misma metapoesía. Ella misma es laberinto y es multiplicidad de puertas e infinitas ventanas. Sólo a través de la metapoesía se llega a la metapoesía. Ella es su propia senda. Por eso puedo decirte que mi puerta o mi ventana de entrada a la metapoesía fue y es la hibridez que en ella pervive. Un espejo de ello es toda mi poesía. Desde mi primer libro Hacia la Otra Senda de la Luz pasado por los poemarios inéditos que tengo hasta llegar a Mascara de la Imago mi otro libro publicado, he venido estructurando, en ellos, una metapoemática híbrida que me identifica y me llena como poeta. Mi apuesta en la metapoesía es esa esencia metahíbrida que me cultiva y que cultivo como tejido vital y que se fortalece a diario en mi Ser Metapoético. La columna vertebrar de mi Ars metapoética es la politemia o politemismo que da vida a mi hibridez metatextual. Así entiendo y practico la metapoesía desde sus esencias de hibridación, las cuales les vienen, como pensamiento y acción, del posmodernismo de esta posmodernidad que nos respira. 

-¿Qué elementos considera necesarios en la práctica de la metapoesía? 
-Considero que la práctica metapoética exige y requiere de sus cultores una seria y rigurosa responsabilidad escriturar y un fiel compromiso y cumplimiento de los principios y postulados filosóficos, estéticos y éticos que le son inherentes. Pienso que, sin importar cuál sea la variante metapoética que se cultive, el metapoeta debe priorizar la calidad del decir haciendo el uso correcto de su lenguaje. En el caso nuestro el metalenguaje. En la metapoesía del metalenguaje forma y fondo son uno. El campo metapoético es como una caja de sorpresa y sus posibilidades son infinitas, por ello el metapoeta ha de sentenciarse búsqueda eterna.

-¿Cómo reconocemos un metapoema? 
-Un texto metapoético puede reconocerse a través del juego de polifonía, de polilinguismo o de politemismo que se use en la elaboración. Así como por las composiciones de términos, frases e imágenes de performance que se implemente. Cuando el texto refleje recursos de transtextualidad. Cuando en el metapoema estén presentes los recursos culturalistas introducidos por Carnero. Por los efectos auditivos y visuales usados en la Metapoesía Audio-Visual. Hay metapoesía cuando existe un nivel de conjunción, de juntura y de confluencia temática en el universo de una unidad poética-artística. Hay metapoesía cuando la sustancia poética es elaborada desde el metalenguaje. Y hay metapoesía cuando coexisten en el texto poético dos o más niveles discursivos en función dinámica y vital. Luego están presentes los recursos estilísticos tradicionales.

-¿Poetas como Miguel Hernández, Alejandra Pizarnik, Jorge Luis Borges, Walt Whitman, entre otros tantos poetas, escribieron algún metapoema?
-Claro que sí. Y no uno, sino varios. Es que la metapoesía es una esencia vital que siempre ha gravitado el universo creativo de las grandes lumbreras del mundo de las letras, tales los poetas que nombras. Pero también a otros tantos como Pere Gimfferer, José Hierro, José Ángel Valente, Enrique Lihn, Pablo de Rokha, Rodrigo Lira… ¡Ojo! Ellos no se nombran, ni se nombraron metapoetas. Así, sin asumirse ni exigirse ser metapoeta, gran cantidad de sus textos son metapoemas porque los discursos y asuntos de elaboración implementados en ellos los ubican en esta jerarquía textual. Así la metapoesía ha estado siempre ahí. Sólo que, como dijo Carnero, se le ha estado llamando con otro nombre. En este sentido debo decir que lo interesante, para nosotros los miembros del Movimiento Internacional de la Metapoesía, es que sabiéndola realidad, ningún grupo se había autonombrado, diseñado y definido Metapoeta hasta el 13 de octubre cuando lo hizo, en República Dominicana, el doctor Jorge Piña con el primer manifiesto.

-¿Considera que los Metapoetas son producto del nuevo milenio? 
-Bueno. Puedo decir que los metapoetas fundadores del Movimiento Internacional de la Metapoesía son producto, en parte, del surgimiento de la Sociedad del Conocimiento, la Información y la Informatización que nacieron con la Era Posmoderna en las últimas décadas del siglo y el milenio pasado, pero que han tenido su mayor auge, fortaleza y afianzamiento en la primera década y la recién iniciada, de este siglo-milenio en que vivimos. En término de actualidad, pienso que sí, que somos producto de (y para) este primer siglo de este nuevo milenio que nos acoge o bien acogemos. 

-¿Escribir metapoesía es asumir y exigirse hacerlo desde una práctica-no poética de la poesía, un funcionamiento no imaginario de imágenes, un desprenderse del yo lírico? 
-Esta pregunta, amiga Beatriz, la responderé en tres bloques diferenciados por su estructura y complejidad. Claro está, si te parece bien.


-Sí, estupendo.
- 1- Fíjate, no podemos escribir metapoesía desde una práctica no-poética de la poesía porque la metapoesía es aquella poesía que se tiene asimisma como práctica, como asunto, como objeto de fascinación. Por definición no se podría. ¿Cómo hacerlo si la metapoesía es un estado poético de autocrítica y autoreflexión de la misma acción y sentido de la textualidad poética? ¿Cómo si en la metapoesía todo se reescribe incansablemente? En mi parecer no es posible asumirse y exigirse una escritura metapoética desde la práctica no poética de la poesía. Y no es posible porque escribir metapoesía es asumirse y es exigirse un discurso poético de aptitudes y niveles capaces de subvertir el proceso mismo, enmarcado en una espiral de polidireccionalidadpolitemática de matices multiculturalitas como recursos de reescritura y re-creación, en donde el lenguaje se polemiza asimismo y con su entorno desde la misma poesía.

2- En la escritura de la metapoesía el funcionamiento que se asume y se exige es el de una dinámica de creación que se mueva entre imágenes interdisciplinarias, vivas, plásticas y ardientes que respondan a un proceso de pragmática explosiva cargada de realidades absolutas y reales cuyo alcance de funcionabilidad se materialice en el dulce y apacible entendimiento del que se siente leído al leer. Esta práctica escriturar en el Movimiento Internacional de la Metapoesía, se exige y se asume, desde la mirada de un antigrupo que la entiende como modo de vida ¨a riesgo y cuenta propia¨. Esto es, las exigencias se asumen desde un concepto de individualidad colectiva.

3-En la metapoesía el ¨ser metapoético¨ no abandona ni se desprende del yo lírico, más bien lo eleva a otra categoría, a otra dimensión. Lo dimensiona a un ¨yo metapoético¨ o como a mí me gusta llamarle, a un ¨yo metalírico¨. El metapoeta se exige, y así lo asume, la trascendencia de cuanto acontece y toca su hacer metapoético. Su reto es con el texto, sus circunstancias y él mismo. El ¨yo lírico¨ es en la metapoesía ¨yo metapoético¨ o ¨yo metalírico¨. Jamás es ausencia, muy por el contrario, es presencia trascendida.